Isaías 45:22. -Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.

El día de su venida...

¿Quien podrá soportar el día de su venida?
Malaquias 3:2

Charles Spurgeon

La primera venida de Cristo fue sin ponpa externa ni manifestaciones de poder, sin embargo, en realidad muy pocos pudieron resistir su prueba. Herodes y todos en Jerusalén fueron conmovidos ante la noticia del milagroso nacimiento e incluso los que profesaban aguardar su llegada no hicieron más que evidenciar la falacia de su convicción superficial al rechazarlo cuando se hizo presente. Su vida en la tierra fue el instrumento que cernió el gran montón de profesión religiosa y muy pocos resistieron el proceso.

Pero ¿qué deparará su venida? ¿Qué pecador podría siquiera deternerse a penserlo? ¨Destruirá la tiera con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios¨(Isaías 11:4). Piensa en los soldados que humillaron a Cristo al arrestarlo. ¨Cuando Jesús le dijo: ¨Yo soy¨, dieron un paso atrás y se desplomaron¨ (Juan 18:6) Imagina el terror de sus enemigos en su segunda venida cuando él se revele por completo como ¨YO SOY ¨ (Exodo 3:14).
La muerte de Jesús sacudió la tierra y oscureció el cielo, asi que, imagina el terrible esplendor de aquel día cuando, como el Salvador viviente, él llame a ¨ vivos y muertos¨ (Hechos 10:42) Para que se presenten ante él y sean juzgados. ¡Que el terror venidero del Señor persuada a las personas a arrepentirse de sus pecados y sigan el consejo: ¨Bésenle los pies, no sea que se enoje[ (Salmo 2:12).
Si bien Jesús es el Cordero, es también ¨el León de la tribu de Judá¨(Apocalipsis 5:5) capaz de desgarrar su presa.Y aunque ¨no acabara de romper la caña quebrada¨(Isaias 42:3) destruirá a sus enemigos ¨con puño de hierro; (los hará) pedazos como a vasijas de barro¨ (Salmo2:9) Ninguno de sus enemigos resistirá la tormenta de su ira ni se esconderá de la inagotable granizada de su indignación.
 Sin embargo, el pueblo amado por Cristo, lavado por su sangre, ansía presenciar su venida con gozo y esperanza, sin experimentar ningún temor. Para ellos él ya se ha sentado ¨como fundidor¨(Malaquias 3:3), pero ¨si los pusiera a prueba; (saldrian puros) como el oro (Job 23:10)
Que en esta mañana podamos examinarnos para ¨ hacer firme nuestra vocación y elección  ¨ (2 Pedro 1:10) de manera que la venida del Señor no nos produzca ningún tipo de aprensión en nuestra mente. Que por la gracia de Dios podamos desechar toda hipocresía y ser hallados sinceros y sin reproche el día de ¨su manifestación¨(2 Timoteo 4:1).