Isaías 45:22. -Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.

Juzgarnos a nosotros mismos

Pesado  has sido en balanza, y fuiste hallado falto.
Daniel 5:27

Charles Spurgeon

Es una buena idea esta de pesarte a cada rato ¨en la balanza de la Palabra de Dios.
Descubrirás que es un ejercicio santo esto de leer un salmo de David y, meditar en cada verso, preguntarte: ¿Puedo afirmar esto? ¿ Me he sentido alguna vez como se sintió David? ¿ Tuve el corazón quebrantado a causa del pecado como estuvo él al escribir sus salmos de arrepentimiento? ¿Estuvo alguna vez en mi alma llena de plena confianza en tiempos de dificultad como lo estuvo la de David cuando alabó las misericordias de Dios en la cueva de Adulán¨ (1 Samuel 22:1)  o en los refugios de Engadi¨1 Samuel 23:29? ¿Acaso puedo afirmar que estuve ¨brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del Señor¨(Salmo 116: 13)?
Vayamos ahora a considerar la vida de Cristo en la Biblia y, al leerla, preguntémonos cuánto hemos avanzado en ser  ¨conforme a su imágen¨¿Alguna vez has clamado como él: ¡Soy un pobre miserable! ¡Quién me librará de este cuerpo mortal? (Romanos 7:24?) ¿Sentiste en alguna oportunidad su misma humillación? ¿Experimentaste esa sensación de ser el peor pecador de todos¨(1 Timoteo 1:15) y el más insignificante de todos los santos¨? (Efesios 3:8) ¿ Has sentido algo cerca a este nivel de devoción a Dios? ¿ Puedes decir como él :¨Porque para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia? (Filipenses 1:21.
Si leemos la Palabra de Dios como una prueba de nuestra condición espiritual descubriremos muchas razones para detenernos y decir: ¨Señor, nunca he experimentado esto; ¡llévame a este lugar! Dame una fe real y un celo mayor, infunde en mí un amor más ferviente, garantízame el don de la mansedumbre... hazme más parecido a Jesús. Que ya no sea ¨hallado falto¨cuando sea ¨pesado... en la balanza... de tu santuario y menos que sea hallado falto¨cuando sea pesado... en la balanza¨de tu juicio¨.
Debemos juzgarnos a nosotros mismos para que no seamos juzgados y hallados faltos.